Aunque cueste creerlo, hasta 1972 una ciudad como Madrid no tuvo su propio zoológico. Los habitantes de la ciudad disfrutaban del conocimiento de los animales en un pequeño recinto llamado «La casa de fieras» ¿Dónde estaba este lugar? Como ya habréis averiguado, en el parque de El Retiro. Aunque el primer recinto para animales de la capital se construyo en 1770 cerca del jardín botánico, fue Fernando VII el que en 1808 decidió trasladar a los animales hasta la ubicación del parque. La colección inicial albergaba principalmente especímenes de nuestra península y algunos pocos de África o América , ya durante el reinado de Isabel II el recinto fue ampliado e incluso llegó a albergar aves exóticas y reses, algo muy novedoso para aquella época. Eso si, hasta 1868 en el que sus puertas fueron abiertas al público (bajo el auspicio de un popular empresario llamado Luis Cavana), la «casa de fieras» solo era visitada por ilustres de la alta sociedad, lo que nos da una idea de su importancia.
Finalmente en 1920 se produjo su inauguración pública efectuándose además una importante renovación de sus instalaciones, ampliando y mejorando las mismas y aumentando también la colección de animales que allí habitaban, incluso con osos polares !!! fue sin duda una época maravillosa para «la casa de fieras» de Madrid, pero desafortunadamente llegaría la guerra… El Parque (incluidos los animales) quedaría prácticamente destruido en su totalidad, apenas unos pocos especímenes consiguieron salvarse de la masacre. Después de la guerra, ya nunca volvería a disfrutar de su prestigio anterior, las instalaciones fueron quedándose pequeñas y el abandono fue haciéndose dueño del recinto hasta que finalmente en 1972 se decidió su traslado al recinto de la Casa de Campo donde los animales disfrutarían sin duda de unas mejores instalaciones tal y como podemos comprobar a día de hoy.
Nuestro paseo por la historia de «El Retiro» está a punto de finalizar, pero no podemos abandonar este hermoso parque sin recordar uno de los hechos más dramáticos de la historia de nuestro país y que también tiene su reflejo en este enclave. Paseamos en silencio hasta el que probablemente sea el lugar con más quietud de todo el parque. Hoy, apenas recibe visitas pero hace unos años el dolor y la tristeza se apoderaron de sus pequeños pasillos de color blanco, de sus olivos, de sus cipreses… como ya habréis adivinado estamos en «El Bosque del Recuerdo» (antes Bosque de los ausentes) construido como homenaje a las 191 víctimas de los terribles atentados del 11-M. Como decimos la sensación que se respira en este lugar es realmente especial, el paz invade cada pequeño rincón y nadie ni nada parece querer alterar esa situación. Por ello decidimos sacar nuestras grabadoras y realizar una pequeña prueba parafónica, para nuestra sorpresa, con excelentes resultados. Tras rendir nuestro pequeño homenaje a las victimas y guardar este silencio en nuestros corazones decidimos continuar nuestro camino no sin antes mirar hacia atrás para contemplar y percibir de nuevo la belleza y la magia que invaden el Parque de El Retiro.
Esta inclusión parafónica en la que se escucha una voz infantil diciendo «va a la horca» nos llenó de sorpresa: