El Grupo Alpha en su afán de ofreceros reportajes de interés, visitó hace unos días el conocido Templo de Debod, ubicado en Madrid (España), desde el año 1970. Es un Templo del antiguo Egipto, situado en un lugar privilegiado de la capital junto al Paseo del Pintor Rosales, se encuentra dentro del Parque del Oeste en lo alto de un montículo cargado de historia, ya que durante la guerra de la Independencia española (1808-1814) fue el lugar seleccionado para llevar a cabo terribles ejecuciones sumarias, las calles de Madrid se tiñeron de sangre en aquellos días, cerca de 200 muertos y otros tantos heridos y más de 300 prisioneros serían ejecutados en ese mismo lugar caída la noche del «levantamiento del dos de Mayo», posteriormente fue también escenario de uno de los más terribles enfrentamientos de la Guerra Civil Española, conociéndose entonces su ubicación con el nombre de «Cuartel de la Montaña» como podéis ver el lugar en el que ahora descansa el Templo de Debod, esta cargado de amargos y terribles recuerdos.
Como decimos siempre, quizá solo sea una teoría, o una casualidad si se quiere decir, pero sospechamos que sin duda dichos acontecimientos han tenido mucho que ver con los asombrosos resultados parafónicos que hemos obtenido en este lugar.
Aquí os dejamos los audios más claros que pudimos obtener para que podáis disfrutarlos:
Hablando un poco de historia, decir que este Templo fue regalado al pueblo Español por Egipto en agradecimiento a la colaboración económica que se hizo desde aquí, en respuesta al llamamiento de la UNESCO para la salvación de los Templos de Nubia, ya que la construcción de la Presa de Asuán haría crecer el Río Nilo y todos aquellos templos desaparecerían si nadie lo evitaba. España participo entonces donando una importante cantidad (se dice que rondaba el millón de pesetas de la época) gracias a la cual pudieron salvar alguno de estos templos y es por eso que ahora podemos disfrutar de esta impresionante maravilla en nuestro país. Nos adentramos en la oscuridad del templo y de inmediato la historia nos rodea , la antigüedad del templo se remonta a unos 2.200 años bajo el mandato del Faraón Ptolomeo IV Filópator, y según nos van contando en la visita, la decoración del mismo la hizo posteriormente Adijalamani de Meroe, Rey Nubio, hacia 200/180 a.C., consagrando este lugar a la adoración de Amón de Debod e Isis. El emplazamiento original del Templo estaba en la localidad de Debod, en la orillas del Nilo, cerca de la primera catarata de la Baja Nubia (país del oro), al Sur de Egipto muy próximo dónde el río corta al Trópico de Cáncer. Su orientación era de Oeste a Este , en su traslado a España se procuro que guardara lo más aproximadamente posible esa orientación como así puede apreciarse. Nuestra visita iba orientada a descubrir aquellos «fantasmas del pasado», ya que el lugar a pesar del bullicio que no cesa por el constante ir y venir de turistas, guarda sin duda interesantes sorpresas como ya hemos adelantado y como podréis comprobar vosotros mismos.
Al entrar en aquellas salas cargadas de historia, los muros van contándonos todos sus secretos mediante signos y dibujos tallados, muestras inequívocas de la maravillosa civilización Egipcia. Podemos aseguraros que lo que se siente en este lugar es indescriptible, nos adentramos en los habitáculos estrechos donde la luz penetraba a través del los orificios hechos en la piedra a modo de ventanucos, perfectamente orientados para obtener iluminación, habitáculos que servían para orar a sus dioses, para conservar sus reliquias, llenos de mensajes ocultos… Por nuestras mentes pasa la idea entonces de lo que sería pasar la noche allí, sin el ir y venir de las gentes, sin los ruidos constantes de pisadas y cámaras fotográficas, sin duda se quedaría uno paralizado, pues las piedras te observan y te envuelven en algo sobrenatural, es algo que puede percibir cualquier que vaya allí, algún día, quién sabe, quizá consigamos vivir esa otra aventura. En definitiva amigos, un bello lugar rodeado de misterio y que os aconsejamos no dejéis de visitar cuando paséis por Madrid, merece mucho la pena, garantizado.