
Un pionero de lo desconocido
Antonio José Alés (1937-2009) fue un visionario del periodismo radiofónico en España. Su voz inconfundible y su inagotable curiosidad lo convirtieron en el pionero de la divulgación del misterio en la radio. Durante las décadas de 1970 y 1980, cuando los fenómenos paranormales apenas tenían cabida en los medios de comunicación, Alés abrió una ventana a lo desconocido desde los micrófonos de la Cadena SER, llevando a los oyentes a un viaje por lo inexplicable.
El legado de «Medianoche»
Su programa más emblemático, «Medianoche«, no solo capturó la imaginación de miles de oyentes, sino que también marcó un antes y un después en la forma en que España abordaba lo esotérico y lo sobrenatural. A través de sus emisiones, Alés exploró fenómenos paranormales, encuentros con ovnis, casas encantadas y misterios sin resolver, creando una atmósfera única que mantenía a la audiencia en vilo hasta altas horas de la madrugada. Pero su contribución no se limitó solo a la radio. Su afán por el misterio lo llevó a organizar las famosas «Alertas OVNI», eventos multitudinarios donde los oyentes se reunían en puntos estratégicos para observar el cielo en busca de objetos voladores no identificados. La primera de estas alertas, celebrada en 1979, marcó un hito en la historia de la ufología en España y consolidó a Alés como una referencia en el campo.

Un adiós con ecos en la eternidad
Antonio José Alés nos dejó en mayo de 2009, pero su voz sigue resonando en la memoria de quienes alguna vez se dejaron envolver por el misterio a través de sus palabras. Su legado permanece vivo en los archivos de sus programas, en los libros que escribió y en el recuerdo de quienes crecieron con sus historias. Para aquellos que deseen revivir su magia, el podcast «El universo de Antonio José Alés» recupera algunos de sus momentos más emblemáticos, permitiendo que nuevas generaciones descubran al maestro del misterio en las ondas. Su vida fue una búsqueda incansable de respuestas, y aunque muchas preguntas quedaron sin resolver, nos dejó con algo aún más valioso: la emoción de seguir explorando lo desconocido.