A media altura del camino que lleva de Contreras a Santo Domingo de Silos, corría el rumor de que bajo un túmulo frente a una cruz con el nombre de un tal Arch Stanton, muerto el 3 de febrero de 1862, había enterrados 200.000 dólares de oro confederado, una cantidad por la que más de uno y de dos y de tres hombres se arriesgarían a dejarse meter una bala en la cabeza. Difícil, entre más de 5.000 tumbas, encontrar la del tal Arch Stanton. Todavía más difícil encontrar «la tumba del soldado sin nombre” Documental Sad Hill unearthed, Guillermo Olivera
Muchos autores crean lugares imaginarios, pero pocas veces esos emplazamientos se llegan a sentir como vivos, como universos que existen en algún lugar, en el que las cosas suceden realmente. Eso es precisamente lo que sucede en un paraje de la provincia de Burgos, en el valle de Mirandilla en una zona entre Santo Domingo de Silos, Barbadillo y Contreras, en donde nadie esperaría encontrar una multitud de tumbas ordenadas en hileras alrededor de un círculo de piedra de 30 metros de diámetro, un auténtico cementerio del lejano oeste sobrevolado por buitres, quebrantahuesos y águilas. Estamos en Sad Hill Cemetery, el ficticio cementerio militar donde se rodó la mítica escena final de “El bueno, el feo y el malo”, un duelo a tres bandas de 20 minutos de duración entre Clint Eastwood, Eli Wallach y Lee Van Clift.
La película se rodó en esta ubicación en el año 1966. Italia era en aquellos años una potencia cinematográfica que tras agotar las tramas de películas de romanos apostó por el género del western. En España encontraron paisajes parecidos a los de Estados Unidos y mano de obra barata, tradicionalmente se rodaban en Almería, pero para esta ocasión se quisieron buscar nuevos decorados. Fue un empresario catalán, que sabía que en la zona se había rodado una película que se llamaba “El valle de las espadas” el que se la recomendó al director Sergio Leone y éste quedó encantado con el emplazamiento ya que al tener que grabar escenas de una batalla en un río necesitaba un paisaje con menor aridez que los de Almería. El bueno el feo y el malo tuvo un presupuesto de 1.200.000 dólares de aquella época y se grabó con una técnica diferente a la de otros westerns combinando silencios y música. Rodada la película el lugar quedó abandonado durante 49 años, el círculo de piedra central completamente enterrado en maleza y prácticamente invisible a los ojos de quienes pasaran por allí, pero desde las alturas aún se vislumbraban los montículos de las 5000 tumbas que conformaban el decorado.
El 24 de junio de 2014, a los 98 años de edad, muere Elli Wallach. Este hecho es determinante en la decisión que toman un grupo de personas del entorno ( Hontoria del Pinar, Santo Domingo de Silos, Covarrubias y Salas de los Infantes) que se unen bajo el nombre de Asociación Cultural Sad Hill con el objetivo fundamental de recuperar el cementerio ficticio. Gracias a su esfuerzo desde octubre de 2015 fecha en la que comenzaron con el desbroce del círculo de piedra y a una campaña de mecenazgo asociada, (por 15 euros quien quiera puede tener su nombre escrito en una de sus lápidas) han conseguido reconstruir más de 1500 tumbas. Su visión actual, a pesar de saber que se trata simplemente de un decorado, transmite una curiosa sensación en la que se mezcla la épica con el desasosiego, al situarnos en el centro del circulo nos pareció estar en la arena de un coliseo del que las tumbas fueran silenciosas espectadoras…
Nosotros abordamos la visita saliendo desde la cercana Santo Domingo de Silos. Es una pista de tierra de unos 8 km, que se inicia con un ascenso pronunciado y continuado, hasta un determinado momento en que la misma se convierte en una horquilla y se inicia el descenso que también mantiene un alto nivel de pendiente. Merece la pena dejar el coche justo en ese punto para disfrutar del paisaje y no solo con el sentido de la vista, los sabinares cercanos necesitaran del olfato, además de que podéis encontrar un curioso hito con la figura de un templario, del apóstol Santiago y una leyenda que reza “No hay paisaje castellano ni tierra más brava que esta, gallardía hay en la cuesta y misticismo en el llano”
Adicionalmente y dada la cercanía, os recomendamos no dejéis pasar la oportunidad de acercaros a otro de los escenarios de la película, el impresionante Monasterio de San Pedro de Arlanza cuyos interiores se utilizaron para dar imagen a la misión de San Antonio, el hospital militar donde Tuco, el feo (Elli Wallach) lleva a curar sus heridas a Rubio (Clint Eastwood). San Pedro además está lleno de misterios, desde una misteriosa dama blanca que presuntamente aparece en su torre, hasta un tablero de ajedrez (realmente es un tablero de alquerque) que involucra una partida entre un templario y el Diablo. Pero eso ya es otra historia que por supuesto, os contaremos en breve con mucho más detalle. Como sabéis estamos en periodo estival, periodo que aprovechamos todos los miembros del equipo para descansar y valorar futuros proyectos, aplicando siempre una de nuestras frases de referencia “nos gusta andar pero no seguimos el camino porque lo seguro ya no tiene misterio”. Hemos sentido con este viaje que las palabras de Alex de la Iglesia, en el documental Sad Hill Unearthed son absolutamente ciertas, visitando el cementerio hemos hecho el juego arqueológico de descubrir que el sueño de un lugar imaginario se hace real.
Algo más sobre Sad Hill
Una de la tumbas que más nos llamó la atención fue la que lleva el nombre de “Metallica”. Al parecer el vocalista del grupo es un fanático de Eastwood y de sus papeles “El bueno, el feo y el malo», por ello desde 1983 inician sus conciertos con su especial versión de la banda sonora de la película, el “The ectasy of gold”
El círculo empedrado de 30 metros de diámetro lo construyeron entre militares del cuartel de san Marcial y habitantes de la zona, 250 soldados que cumplían el servicio militar en el campamento de Hortigüela construyeron el resto del decorado. A estos últimos de la noche a la mañana les dijeron que tenían que rodar una película haciendo de extras para una batalla y que iban a vestirse de unionistas y confederados. Posteriormente y una vez abandonado el cementerio tras el rodaje la gente de los pueblos cercanos usó la madera de las lápidas para hacer arreglos en tejados o calentarse en invierno.
Recordaros para concluir que un director de cine vigués, Guillermo Oliveira ha realizado un documental de título “Sad Hill unearthed” en el que rescata la historia de este cementerio desde su construcción y posterior olvido, hasta la reconstrucción realizada por los miembros de la Asociación cultural Sad Hill y que desde luego os recomendamos desde aquí.
(¿Será esta la tumba que esconde el famoso tesoro de Arch Stanton?)
Dada la cantidad de imágenes que pudimos obtener en este fantástico emplazamiento os mostramos aquí un vídeo con algunas de las mejores instantáneas, esperamos como siempre que sea de vuestro agrado y os deseamos a todos un muy feliz verano.