Existen lugares marcados para siempre por la tragedia, sitios donde casi puede sentirse el escalofrío de una muerte repentina, otros sin embargo, acogen la leyenda como parte de ellos mismos y sumergirse en estos enclaves es casi como formar parte de esa misma leyenda. No obstante, el lugar que os vamos a presentar hoy tiene un poco de ambos, caminad con nosotros a través de la oscuridad para llegar hasta «La Balsa Alegre», porque os garantizamos que su historia no os dejará indiferentes… y el escalofrío invadirá también vuestro corazón.
La Balsa Alegre se encuentra ubicada en la villa de Mora de Rubielos (Teruel) , una de las localidades de nuestra geografía con más historia y con más puntos de interés de cuantas hemos visitado y que desde luego os iremos detallando en profundidad. Debemos decir de hecho, que hace algo más de un año arribamos allí por primera vez, aunque en aquella ocasión, por motivo del poco tiempo del que disponíamos no pudimos ver todo lo que nos hubiera gustado. Ahora bien, este segundo viaje, efectuado hace pocas semanas, nos ha servido no solo para descubrir esos rincones que nos quedaron por conocer en nuestro viaje anterior, sino también para aclarar algunas incógnitas que se nos habían planteado la primera vez y eso si, para sumar nuevas sensaciones y nuevos misterios a este hermoso pueblo.
Pero comencemos nuestro relato hablando de como fue aquella primera vez en la que pudimos ver este impactante lugar y conozcamos también la historia que lo rodea… Los que llegamos a Mora de Rubielos por primera vez hace ahora algo más de un año, no conocíamos para nada la historia ni la ubicación de la Balsa, de hecho, los motivos por los que visitábamos aquella villa eran bien distintos, un castillo con un presunto fantasma, una central térmica abandonada, una ermita donde se presumían acontecimientos fuera de lo común y alguna que otra cosa más nos acercaron hasta allí. Sin embargo, cuando a nuestra llegada, las amables gentes de Mora nos hablaron de este lugar, no pudimos resistir la tentación de visitarlo. Ciertamente prometía, pero os preguntaréis ¿Qué es la balsa alegre? Para llegar hasta la balsa hay que recorrer aproximadamente un kilómetro de distancia desde el centro del pueblo, es además un camino lleno de historia y significación e incluso si se quiere decir no deja de ser un recorrido casi iniciático. Decimos esto porque para llegar hasta allí tenemos que ascender por uno de los Calvarios más hermosos que se pueden ver en la actualidad (construido en 1801) y que nos llevará en un serpenteante recorrido hasta la misma puerta de la hermosa ermita de la Dolorosa, cuya imagen fue despeñada y quemada en la misma plaza del pueblo durante los trágicos acontecimientos acaecidos en la guerra civil en los que el pueblo quedó prácticamente destruido en su totalidad. Subir por este lugar es realmente algo increíble y revelador, no solo por la hermosa panorámica de todo Mora que uno puede ver desde allí, sino también por el significado que tiene caminar por el Calvario contemplando con atención las escenas del ascenso al Gólgota de Jesús de Nazareth llenas de realismo y pasión, saber que en su más mágica esencia ese camino es el mismo que él siguió es una experiencia cuasi mística que os recomendamos realicéis si tenéis ocasión de visitar este bello lugar.
La historia que rodea a la balsa alegre no podía ser más trágica, al parecer y según los testimonios de algunas de las personas con las que pudimos hablar allí este lugar es, ni más ni menos, que el sitio elegido por los suicidas «locales» para terminar con su existencia. Y lo cierto es que aquel sitio nos produjo desde el principio una sensación ciertamente incomoda. A lo largo del camino pudimos registrar en varios puntos del Calvario considerables variaciones en los campos electromagnéticos de la zona, además fueron varias las ocasiones en que nuestros volumétricos (detectores de movimiento) se activaron de manera súbita y sin tener ninguna causa lógica a lo que atribuirlo. Aquellos «sucesos» a los que no atribuimos en principio ningún tipo de causa concreta, se convirtieron en algo inquietante después de analizar los resultados que a nivel parafónico pudimos registrar aquella primera vez y que ahora vais a poder escuchar aquí en exclusiva:
Lo cierto es que el lugar en aquella ocasión produjo en nosotros una sensación de inmensa inquietud tanto de noche, como a plena luz del día (subimos de nuevo al día siguiente para efectuar nuevas comprobaciones) quizá fruto de la sugestión, o quizá realmente motivado por alguna causa paranormal que desconocemos, los registros que tuvimos allí fueron en cualquier caso realmente espectaculares. Las baterías de nuestras cámaras se vieron alteradas en varios momentos, los volumétricos seguían activándose de manera espontánea y sin ningún sentido y sobre todo, aquella sensación urgente y desazonadora de que teníamos que salir de allí sin tardar demasiado tiempo. Debemos decir también, que sin embargo hasta la fecha no hemos podido confirmar documentalmente si las historias acerca de los presuntos suicidios en aquel enclave han sido o no reales, (las historias cuentan que la gente se lanza atada a una piedra que a su vez atan a una cuerda, para ahogarse en lo profundo de la balsa) lo que si es cierto es que este mismo año la búsqueda de un anciano desaparecido en el pueblo, se centró precisamente en esta y en otras balsas cercanas, ya que al parecer la Guardia Civil de la zona si debe tener constancia de que tan dramáticas circunstancias se han dado ya antes en este lugar. Como ya hemos comentado antes, este segundo viaje nos ha servido también para aclarar ciertos acontecimientos que no pudimos analizar con el tiempo necesario, la primera vez que vinimos aquí. La fotografía que os mostramos a continuación, por ejemplo, supuso para nosotros toda una incógnita que no habíamos podido resolver hasta ahora.
En dicha imagen pueden observarse claramente nueve luminarias de color rojizo (algunas menos iluminadas que otras) a las que ciertamente no pudimos dar explicación, se sumaba además la circunstancia de que no habíamos empleado flash en esa foto, por lo que algunos de los efectos ópticos más conocidos quedaban descartados de inmediato. Casualmente, el número de personas que hipotéticamente habían decidido quitarse allí la vida, era justamente ese…
Así que como podéis imaginar aquello nos llenó de sorpresa y como no, de curiosidad. Enviamos a analizar la foto a distintos amigos expertos en esa cuestión y lo cierto es que no pudieron darnos ninguna «opción» que realmente nos sacara de dudas o mejor aún, que nos las quitara todas de golpe, así que la imagen quedó a la espera de poder regresar allí algún día, porque teníamos claro que no la publicaríamos hasta que no hubiéramos encontrado la causa «normal» que la había provocado. Un año después, lo hemos conseguido. Al regresar allí esta vez, (con mucho más tiempo para realizar nuestra labor) hemos podido repetir exactamente la misma fotografía, empleando la misma cámara y el mismo objetivo y obteniendo idénticos resultados en lo que a las «misteriosas luminarias» se refiere … ¿Algo paranormal? Pues ciertamente no. Unas lejanas viviendas en las que no nos habíamos fijado la primera vez han resultado ser las culpables de tan curiosa «iluminación» y es que amigos, las prisas no son nunca buenas compañeras para cualquier trabajo de campo y una vez más ha quedado demostrado.
Sin embargo, en esta ocasión si que nos ha llamado poderosamente la atención una cuestión en particular. A raíz de la desaparición del vecino de Mora que hemos comentado más arriba, la guardia civil decidió vaciar «literalmente» todas las balsas de la zona en busca de esta persona, y casualidad o no, lo cierto es que en esta ocasión el ambiente que se respiraba en la balsa nada tenía que ver con el que nos encontramos la primera vez. Todo parecía mucho más «apacible», no se respiraba ya aquella sensación de «opresión» que sentimos hace un año y lo que es todavía más curioso, los análisis y grabaciones que realizamos esta vez fueron prácticamente normales en su totalidad. Es más, tan solo pudimos obtener un registro parafónico en esta ocasión, que a tenor de lo que nos había sucedido un año antes fue para nosotros algo realmente excepcional:
En cualquier caso «La Balsa Alegre» sigue allí, inundada de oscuridad, de leyendas, de misterio, con la única compañía del viento que recorre los senderos del calvario guardando todos sus secretos… para siempre. Queremos agradecer a todas las gentes de Mora de Rubielos y en especial a todo el personal del hotel Jaime I toda la ayuda y el cariño que nos han regalado siempre. Sin su ayuda nada de esto habría sido posible. Enviamos también un cariñoso saludo a nuestra buena amiga María Jesús Pertegaz que nos guio y nos descubrió muchos de los rincones e historias de este bello pueblo.
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