A veces, el misterio, las leyendas y la historia están mucho más cerca de lo que nos pensamos. Siempre hemos sido unos apasionados de este tipo de enigmas y por eso hoy os invitamos a que nos acompañéis por un lugar, del que estamos seguros, la mayoría de vosotros solo conocerá su cara más amable, pero como en todas las cosas también este enclave tiene su «otro lado», conozcamos esa otra cara de uno de los parques más hermosos de Europa, adentrémonos con espíritu emprendedor y la imaginación de un niño en «el otro lado de «El Retiro». El parque se inauguró en la noche de San Juan del año 1631 (la noche de las brujas según las antiguas creencias de origen pagano, algo que no deja de ser curioso) posteriormente y hasta el año 1640 se fueron ampliando sus instalaciones hasta transformarse literalmente en un auténtico «palacio real del recreo». El Conde Duque de Olivares fue el mentor de todo esto, sus instalaciones iniciales incluían, además de fastuosos jardines, ermitas y un enorme estanque. Posteriormente como decimos se fueron incluyendo más infraestructuras, estanques, lagos, canales, una casa de fieras y hasta un coliseo donde se podían ver encarnizadas «luchas» de animales salvajes que encandilaban a la realeza de la época. Más tarde en el tiempo, entre los siglos XVIII y principios del XIX la casa de los Borbones instaló también la «Fábrica de la china» y el «observatorio astronómico» (un edifico realmente esplendido que todavía se puede contemplar)
Pero el parque también ha vivido momentos llenos de dramatismo, quedando marcado por esa huella indeleble que dejan la tragedia y la muerte. Durante la guerra de la independencia, las tropas británicas al mando del general Hill se enfrentaron encarnizadamente a las francesas quedando las instalaciones prácticamente destruidas en su totalidad, el museo del ejército, el árbol centenario y el casón, fue de lo poco que se salvó de aquella salvaje batalla. No obstante y por fortuna el parque siempre ha sabido también reponerse y después de duros periodos en los que apenas se interesaban por sus instalaciones en los que llegó a estar prácticamente en estado de abandono, renació cuál ave fénix para disfrute de todos nosotros. Y es aquí amigos, varios siglos después de todo aquello, cuando caminando por estos hermosos senderos, comienza nuestra aventura…
Paseando por el maravilloso parque de «El Retiro«, uno puede encontrar verdaderas maravillas escultóricas prácticamente en cada rincón. Pero si hay una que se lleva la palma, por admirada y por criticada, es sin duda la «Estatua del Ángel Caído» De Bellver (1845-1924). Encontrareis esta impactante y dramática obra de arte si camináis por el Paseo de Cuba, uno de los más amplios y concurridos de todo el parque. La imagen se alza majestuosa en una rotonda, montada sobre un enorme pedestal y rodeada de una fuente con ocho surtidores de agua con forma de terroríficas gárgolas o seres del averno (este último detalle, fue diseñado en realidad por José Urioste aunque poca gente lo sabe). Bellver expuso su obra por primera vez en 1878, en Roma, durante el curso de la Exposición Nacional de Bellas Artes que se celebraba en aquella ciudad. Fue tal el revuelo que provocó entre admiradores y críticos que ganó la exposición obteniendo la «Medalla de primera clase», tal fue la admiración causada por su obra que el entonces Duque de Fernán Núñez, decidió adquirir la estatua y colocarla en un lugar de honor, una rotonda que por entonces estaban construyendo en El Retiro. Su inauguración en Madrid se produjo en 1885 y al igual que ya sucediera en Roma, impactó en la sociedad de la época, tanto, que fue tema de conversación durante muchísimo tiempo por todos los cafés de Madrid. La iglesia, no entendía como alguien podía poner una estatua dedicada a Lucifer en un parque público, aunque finalmente y por fortuna, se impuso el criterio artístico y la estatua continuó en su lugar. Lucifer, era uno de los ángeles de mayor rango del Cielo, el «portador de la luz» cuyo orgullo y envidia le llevaron a enfrentarse a Dios, ser expulsado del Cielo y condenado a las profundidades del Averno. Se nos representa en esta obra como un joven alado y desnudo, desgarrado por la agonía, mientras una terrible serpiente de siete cabezas le rodea la mano derecha y ambas piernas arrastrándolo al infierno. sin duda una de las estatuas más estremecedoras que podréis contemplar.
(Una réplica exacta y muy poco conocida de la famosa estatua)
Y aquí vino nuestra sorpresa, pues a pesar de que el gran público considera esta impresionante obra como la única dedicada en todo el mundo a Lucifer, resulta que nos enteramos de que en realidad existen «otras» de este mismo calado, e incluso una réplica de la misma imagen también en Madrid, concretamente, en la parte superior de la escalinata de entrada a la Real Academia de Bellas Artes en San Fernando (imagen superior) y una más, en un balcón de la calle Milaneses (esquina calle Mayor) aunque esta última no tiene aún la categoría de oficial e incluso su autor prefiere que no se le relacione con la obra de Bellver. No solo eso, en Tandapi (Ecuador) existe otra obra escalofriante representando el rostro del mismísimo Diablo. En fin amigos, como veis resulta que tenemos más de un «Lucifer» entre nosotros, así que mucho cuidado… Y no olvidéis al caminar por vuestras respectivas ciudades fijaros siempre en las fachadas, tejados y esculturas porque seguro que os llevareis más de una grata sorpresa. ¡Hasta pronto amigos!
Uno de nuestros seguidores de Cuba nos ha realizado una precisión muy interesante. En el Capitolio Nacional de La Habana existe una imagen de «Lucifer en rebeldía». Se trata de la imagen de un serafín desnudo, de complexión atlética y con alas de arcángel, en el momento anterior a ser expulsado del paraíso. Aquí os dejamos su imagen.
Nuestro amigo Jorge Christian Palan, de Ecuador, nos ha contado la historia de la estatua del Diablo de Tandapi o «nariz del demonio», como se conoce tradicionalmente a este rostro tallado en la ladera de una montaña en la autovía que une las localidades de Aloag y Santo Domingo de los Colorados. La carretera al parecer es muy estrecha y según nos cuenta Jorge, muchos autobuses han caído al precipicio. La escultura se ha llamado «el poder brutal» y se encuentra en una curva de la carretera justo en el comienzo de la sierra. El autor de la faz del demonio lo fue Octaviano Buenaño, quien manifestó como justificación a dicha talla «si la Virgen y los santos tienen sus esculturas, por qué no puede el diablo tener la suya». Buenaño lo que intentó al tallar la escultura fue que «el demonio dejara en paz a los conductores».
La figura tiene 20 metros de alto y sobresale en la punta de una loma que da hacia la curva de la vía. El rostro tiene dos cuernos que se elevan sobre la frente; la nariz puntiaguda, la boca, semi abierta, deja al descubierto dos colmillos. En la base está escrita la frase, en mayúsculas, El poder brutal. Finalmente, y en relación con la estatua de Bellver en el Retiro, recomendaros sinceramente la lectura del libro «Demonios familiares«. En su capítulo cuarto, «batracios de bronce», realiza una estremecedora descripción de una misa negra realizada al amparo de la estatua de Bellver. Del Río dijo que en las décadas de 1940 y 1950 la escultura era el punto de encuentro para rituales satánicos, e indicó que fue durante el gobierno del mismo Franco cuando se estudió la posibilidad de retirarla del parque. En la actualidad y a pesar de que la DGP sigue la pista a más de 20 sectas satánicas en Madrid, la estatua parece tranquila. Sin embargo y como dijo Salman Rhusdie «el mal existe».
Fuentes consultadas:
Duendes, fantasmas y casas encantadas de Madrid por Ángel del Rio López (Madrid de Bolsillo)
Madrid Oculto de Marco & Peter Besas (ediciones La Librería)