Hace ahora algo más de tres años que visitamos el lugar que hemos querido recuperar hoy aquí para todos vosotros. Para nosotros por aquel entonces, supuso desde luego toda una experiencia llena de sorpresas y datos ciertamente interesantes. Esta es la crónica fiel de nuestro inquietante periplo por los fríos corredores de «El Sanatorio de la Marina» un lugar que jamás olvidaremos.
Nos dirigimos en una espléndida mañana de marzo a nuestro destino pendiente, el que fuera sanatorio antituberculoso de «La Marina.» Nuestra primera incursión en el mismo nos había transmitido sensaciones dispares y estábamos decididos a tratar de deslindar donde acababa la realidad y donde empezaba el mito de aquella turbadora edificación.
El sanatorio fue construido al poco de concluir la guerra civil, (como otros tantos situados en las cercanías del mismo), para el tratamiento de la tuberculosis del ejercito de mar. La práctica erradicación de esa enfermedad obligó a reconvertirlo para dirigirlo al tratamiento de las enfermedades pulmonares del cuerpo de marina, hasta que finalmente en el año 2002 fue cerrado decretándose en el año 2003 su desafectación como zona de seguridad militar. Desde ese momento, su abandono y deterioro ha sido progresivo, de hecho sabemos gracias a algunos amigos de Grupo Alpha dedicados a la seguridad privada, que el mismo, fue punto habitual de reunión de simpatizantes de la extrema derecha, y un lugar controlado por la Guardia Civil al tenerse conocimiento de ser centro habitual de intercambio de sustancias estupefacientes, y muy especialmente pasto de grafiteros y vándalos si bien últimamente el mismo recibe pocas “visitas” puesto que la rumorología apunta a sucesos extraños que acontecen en el interior del mismo. Fácil os será localizar, en cualquiera de las muchas páginas que al mismo se dedican en la red, referencias a puertas que se abren y cierran solas, ruidos extraños y a una sensación opresiva que se incrementa conforme pasa el tiempo en el interior de este centro.
Como ya os contamos, en nuestra primera aproximación nos encontramos con numerosas “pintadas” relacionadas con cultos satánicos, así como con una oveja (almacén de la cafetería) con aspecto de haber sido sacrificada. Extremando las precauciones, y después de haber realizado un pequeño ritual de protección (observar el curioso arco iris que aparece en el lateral del invernadero lugar donde efectuamos una invocación a los seres de luz), nos adentramos en el interior de este siniestro gigante con la intención de deslindar de una vez por todas, donde acababa la realidad y donde empezaba el mito del «Sanatorio de La Marina».
(Como podéis observar, el contraste entre ambas instantáneas es brutal, algo que allí dentro se convierte casi en una constante… las sensaciones son decididamente encontradas)
Nuestro primer objetivo fue el edificio más pequeño, situado en la parte izquierda del inmenso perímetro, y que al parecer se conocía como “pabellón de oficiales” . Hasta ese momento, más allá de la desazón inicial propia de todos los trabajos de campo ( siempre cuesta un poco “acomodarse” al entorno y a las sensaciones que el mismo va transmitiendo), no encontramos nada especialmente extraño…. salvo la habitación 23 de la planta segunda. La puerta de dicha habitación se encontraba cerrada, pero lo cierto es que de forma inmediata nos llamó la atención. Decidimos abrirla con sumo cuidado. De inmediato, una corriente de olor fétido, absolutamente insoportable nos echa para atrás (y eso que llevábamos puestas mascarillas de tela). La habitación está vacía, salvo una bolsa de color amarillo colgada en un radiador. En el cuarto de baño del mismo no se observa nada, a simple vista. Un insoportable olor, de una putridez dulzona, esta a punto de provocarnos el vómito. En ese momento comienzan a escucharse unos fuertes golpes metálicos, que parecen provenir de la escalera de seguridad que concluye en una pequeña terraza a escasos metros de la habitación. Nos acercamos hasta allí rapidamente pero no nos encontramos con nada ni con nadie que haya podido provocar tal escándalo. Primer susto y de los buenos, nos retiramos y paramos para comentar el incidente.
La explicación racional, es que aunque ya no quedara ningún rastro, posiblemente el olor de aquella habitación provenga de restos de comida abandonados, de la utilización de la sala por algún indigente o toxicómano o de algún animal muerto. Respecto del ruido, quisimos pensar que provenía de una finca contigua propiedad del ayuntamiento de la localidad en la que en nuestro “reconocimiento” previo habíamos podido observar que había operarios trabajando.Finalmente avanzamos hacia el edificio principal, 5 plantas de laberínticos pasillos nos aguardan…
Entramos a través de lo que con posterioridad pudimos saber que constituía el velatorio, donde se colocaba el féretro para recibir visitas, accediendo a una pequeña sala semicircular con cristales rotos de tono amarillento en la que se encontraban dos camillas abandonadas. Si hubiéramos sabido que el destino de aquella sala fue el señalado, probablemente no hubiéramos dejado allí nuestra grabadora……
Una puerta de difícil acceso (los escombros dificultan alcanzarla)nos introduce en una amplia sala con vitrinas de madera que al parecer se utilizaba como farmacia. Desde allí, hacia el oscuro corazón del gigante. Primero hacia abajo, alcanzando a un recinto que albergó la cocina. Vemos las cámaras frigoríficas y las calderas, estas últimas realmente impresionantes. No podemos sino acordarnos de algunas escenas de “Pesadilla en Elm Street”.
Pasillos y más pasillos en completa oscuridad. Nos encontramos ahora en la planta segunda, uno de los lugares con los que más temíamos encontrarnos; La capilla. Encontramos pintadas pretendidamente satánicas. Y decimos pretendidamente porque la tipología de la misma parece apuntar más a gamberrismo que a las propias de un autentico ritual “…la cabra esta al acecho” y “cuidado con la vieja y la niña”, nada que ver con lo que se puede observar en un verdadero ritual.
Las sensaciones que tuvimos no obstante fueron dispares. En cualquier caso juzgad vosotros mismos , aquí os dejamos un vista general del altar de la capilla.
Continuamos el ascenso, planta 2ª. Llegamos a un quirófano y quedamos fascinados por la lámpara del mismo. En el momento en el que nos disponemos a tomar una fotografía de este elemento, recibimos el segundo gran susto de la mañana. Sin ningún género de duda, por apenas dos segundos y con total nitidez, escuchamos el sonido inconfundible de un aparato de reanimación cardiaca (electro-fibrilador). nos quedamos al borde del shock y nos cuesta encontrar una posible explicación «racional» para lo que acabamos de escuchar… Hacemos acopio de fuerzas y nos dirigimos a la “fatídica” planta 4ª, aquella en la que en los artículos de internet referían mayor número de fenómenos presuntamente paranormales. Sin embargo y curiosamente, resulto ser la más plácida de todas las plantas del hospital. Nada que reseñar, salvo que se había convertido en un verdadero “museo del grafiti”
Llegamos a la planta 6ª, la más deteriorada de todas. El techo se esta desplomando. Avanzamos con extraordinario cuidado, tomamos algunas instantáneas y comenzamos el regreso. Al bajar por las escaleras centrales, llenas de cristales y escombros, justo cuando alcanzamos la altura de la segunda planta, ¡observamos atónitos como una puerta se cierra a nuestras espaldas con un sonoro golpe! Esta vez la sorpresa la adjudicamos al aire pero ¿Por qué solo una puerta cuando al girarnos vemos otras tres abiertas?…y aún más, ¿ como es posible que puertas llenas de escombros que llevan años sin cerrarse puedan de repente girar de esa manera?
Volvemos para recoger la grabadora a la salita contigua al velatorio, y vemos el tiempo de registro. Una hora y 15 minutos nos llevó el periplo por las 6 plantas y dos sótanos del edificio principal.
Antes de irnos, decidimos iniciar una última grabación allí. ¿ Ha sucedido algo extraño en este Sanatorio? La idea era registrar los 30 segundos inmediatamente posteriores a dicha pregunta. Aproximadamente 11 segundos después observamos clarísimamente como la puerta de madera que da acceso a la misma oscila de derecha a izquierda. No vemos explicación lógica alguna y estamos absolutamente seguros de lo que hemos visto. La siguiente pregunta ¿Cómo podemos ayudaros? no provoca sin embargo reacción apreciable alguna.
Abandonamos definitivamente el lugar, y tras agradecer a los seres de luz a los que hemos pedido su protección toda la ayuda prestada, nos dirigimos a uno de los restaurantes de la zona para tratar de recuperar fuerzas e intercambiar opiniones sobre lo que acabamos de experimentar. Somos conscientes de que como casi con todo en la vida, será el tiempo el que nos dará la auténtica dimensión de la experiencia vivida. Eso sí, desde ya coincidimos en algunas cuestiones. Descartamos en principio su utilización en la práctica de rituales satánicos, opinamos que la mayor parte de las historias que circulan en la “red de redes” sobre este enclave, no son sino leyendas urbanas, pero al mismo tiempo nos llevamos en “la mochila” más de una impresión difícilmente justificable aplicando la razón…
Para finalizar este apasionante recorrido os invitamos a escuchar de manera inédita la totalidad de los audios que obtuvimos allí aquel año, muchos de los cuales no los publicamos en el trabajo original. Esperamos que sea de vuestro agrado. Gracias a todos por acompañarnos durante todos estos años. Un abrazo de todo el Grupo Alpha amigos!
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